Hernández: “El periodismo es mi vida”
Tiene un blog llamado Caracas por puesto donde narra sus aventuras y desventuras en la capital venezolana; se autodenomina como la “reina del mototaxi”; y escribe para la agencia de noticias @ZoomNews_Es
Son las 4 de la tarde en un café del Centro Comercial El Recreo. Los comensales entran y salen, el aroma a cappuccino envuelve el ambiente. La banda sonora es el corneteo de los carros, las motos y la conversación cotidiana. Y, desde un ventanal panorámico, se observan los picos de los edificios de Sabana Grande. La caída de la tarde hace sentir que la ciudad despierta y que, como advierte el escritor Héctor Torres: Caracas Muerde. “Pero también abraza”, me corrige ella, Alicia Hernández, con su acento almeriense “caraqueñizado”, desde el otro lado de la mesa.
Alicia habla con elocuencia y mueve las manos con elegancia, cual bailarina de flamenco, como si estuviera dibujando las palabras, mientras relata que nació en la capital de Almería, en España, un 4 de noviembre lluvioso de 1984, a las 7 de la noche. Es la primera hija de Maricarmen Sánchez y Paco Hernández.
La mirada se le enternece cuando describe su ciudad natal. “La recuerdo y se me arruga el corazoncito. Ayer yo veía una película, Vivir es fácil con ojos cerrados, y veía la playa, que es mi playa, y decía: ‘¡Ay, yo quisiera estar allá!’. Ay mi Almería, ay mi Cabo de Gata”, rememora la corresponsal española que acaba de cumplir 4 años en Venezuela.
Asimismo, relata que su infancia y adolescencia transcurrieron en su terruño, hasta los 17 años que se marchó a Madrid para estudiar Periodismo en la Universidad Complutense. A pesar de que ya tenía todo listo para estudiar Enfermería en la Universidad de Almería.
Yo quiero ser periodista. “¿Periodista? Te vas a morir de hambre”, cuenta que le dijo el psicólogo encargado del test vocacional cuando estaba en secundaria. “El tipo tenía razón”, reflexiona Hernández, y sonríe al recordar que el preparador le sugirió que se buscara una profesión que le diera dinero. Entonces se decantó por las ciencias de la salud. “Yo quería ser matrona, es decir, las que traen los bebés al mundo”, explica.
Sin embargo, después de haber estudiado dos años de biología, ciencias de la tierra, química y matemáticas, y ya con el título de bachiller en la mano, y una vez presentado el examen para acceder a la universidad, dijo: “Mamá, papá, voy a estudiar periodismo, en Madrid —una ciudad que en autobús está a 6 horas aproximadamente de Almería—, porque es en realidad lo que quiero hacer”, explica Hernández. Afirma que sus primeras semanas en Madrid fueron muy duras, por el tema de la distancia con su familia.
Asimismo, confiesa que su primer año en la Universidad Complutense fue un desastre, le quedaron 5 materias. Sin embargo, se reivindicó en el segundo, y durante el tercer año de Periodismo, estuvo realizando carreras simultáneas. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad Nacional a Distancia.
Alicia Hernández es una mujer temeraria, insistente, osada y arriesgada. Características esenciales en una profesión como la que ejerce. “El periodismo es mi vida”, afirma con seguridad y convicción. “Yo no me imagino de matrona, ni de enfermera, ni metida en un despacho. El periodismo es mi modo de vida para bien y para mal”, enfatiza.
“La primera vez que yo tomo contacto con la carrera, fue con un programa de radio que hice con varias amigas, era sobre teatro y se llamaba Atrezzo, una palabra italiana que se usa para designar la tramoya del teatro”, explica la periodista que además ha impartido clases de Radio en Venezuela, en la Universidad Monteávila. Y, justamente, al realizar un Máster de Radio, en Madrid, conocerá al motivo inicial de su viaje a Venezuela.
—¿Por qué Venezuela como destino para ser corresponsal? ¿Qué te animo a venir?
—Mi ex novio… Eres la primera que obtiene esa respuesta.
Maiquetía. Aunque vino en busca del amor de un colega, terminó conquistada por una ciudad convulsa y contradictoria como Caracas, donde cada dos segundos ocurre una noticia. “Yo me vine porque lo conocí a él, a Víctor, en el Master de Radio, en España”.
La primera vez que pisó Maiquetía, rememora que: “Victor no me recibió con una sonrisa, sino con un micrófono de Radio Nacional de España y me dijo: ‘Buenas noches, señorita Hernández, ¿cómo se siente usted en su llegada a Venezuela?’, eso era lo último que esperaba”, comenta divertida.
Llegó al país en marzo de 2010, de vacaciones, “pa´ ve, pa´ probrá”, afirma. En ese primer viaje conoció la Universidad Central de Venezuela; las playas de Píritu; el barrio Caucaguita, en compañía de Chuo Torrealba y su Radar de los barrios; y se subió a un mototaxi. Probó la torta tres leches y el pabellón. Alicia asegura que llegó al país sin ninguna idea preconcebida y que no se sorprendió cuando vio los ranchos y los edificios. “Yo quería conocer Venezuela, pero no la de postal”.
Y lo que vio le gustó tanto que en septiembre del mismo año regresó al país, por tres meses, y trabajó con la fundación Fe y Alegría. Lo que no sabía era que esos tres meses se convertirían en 4 años. Relata que para sus padres fue un shock cuando les informó su decisión de venirse a vivir a Venezuela.
La reina del mototaxi. Anda en moto desde los dos años ya que su padre y su abuelo tenían motos. “Pero nunca al nivel de velocidad del mototaxi, aclara Hernández”. En definitiva, a la periodista almeriense le gustan los vehículos de dos ruedas, durante su primer viaje a Venezuela, recorrió en mototaxi desde el Sambil hasta La Florida. “La primera vez que me monté nadie me dijo nada malo. Además, el mototaxi es muy exótico, lo disfruto mucho, me subo y voy sonriendo feliz”, asegura.
Caracas. Aunque reconoce que la capital venezolana no tiene grandes monumentos, afirma que le encanta El Silencio, la plaza O’Leary, la plaza Bolívar del centro de Caracas. “Esa zona me fascina, pero no es solo eso, es la gente. No es la ciudad, es el espíritu general de la ciudad y de las personas”. Sin embargo, sabe que no todo es maravilloso y que la gente aquí es “abusona”. Pero, aun así, cree que hay muchos motivos para salvar la ciudad.
Confiesa que lo más difícil durante su estadía en Venezuela ha sido estar sola. “Porque ahí sí Caracas muerde. Cuando tienes un mal día la ciudad lo nota, si vas con miedo o triste, la ciudad lo nota. Recuerda, con los ojos llenos de lágrimas, que hace poco más de un año padeció un episodio terrible: su abuelo estaba muy enfermo.
Alicia Hernández. Es una mujer de letras. De hecho, en Caracas ha dado charlas, en conjunto con el escritor Héctor Torres sobre los libros Caracas muerde y, recientemente, sobre Objetos no declarados. Ha participado en las ferias del libro de Altamira como ponente y como lectora. Además, considera a Gabriel García Márquez como una gran escuela periodística.
Le gusta viajar, le gusta la playa, le encanta comer y buscar cosas nuevas en la ciudad. Es fanática de los diccionarios, con quien confiesa tener una vinculación especial. Su historia de vida se podría contar con la melodía de las canciones de Zapato 3, Los Mentas, y Héroes del Silencio. “Ese fue un grupo que se disolvió cuando yo tenía 10 años, y de allí salió el cantante Enrique Bunbury”, explica.
La Alicia de hoy se jacta de su tarta tres leches, ya sabe hacer arepas, y ha hecho muchas amistades en la ciudad. Trabaja para la agencia de noticias @ZoomNews_Es, y ha escrito reportajes para la revista internacional Alyacira, y tiene nuevos proyectos periodísticos a futuro. Tiene pronosticado regresar a su casa, en Almería, para pasar la navidad con su familia.
Elvianys Andrea Díaz
10 Noviembre 2016