Metro/ La Mendicidad y buhonería son maneras fáciles de obtener dinero
Entre 30 y 200 personas son detenidas a diario en el Metro de Caracas
La mayoría de los usuarios que utilizan a diario el Metro de Caracas como transporte desconocen los planes y los proyectos que ha creado el sistema a lo largo de los años para evitar la práctica de pedir y vender informalmente
“Buenas tardes, caballeros. Buenas tardes, señorita”, con este saludo comienza a trabajar Wilmer José Ron Fagundez en los trenes del Metro de Caracas. Él titubea al decir su edad. Es originario de Petare. Tiene 36 años, nueve de ellos pidiendo dinero en los trenes y andenes del Metro para comprar comida. No tiene un hogar. Vive en la salida del Metro de la estación Plaza Venezuela. Tiene dos hijos que no viven con él.
Ron Fagundez estudió hasta sexto grado en el Instituto Rafael Rangel. A los 14 años comenzó a trabajar como vendedor de zapatos, durante un periodo largo. Actualmente, desde las 12 del mediodía comienza a trabajar, en su silla de ruedas. Tiene una discapacidad motora y visual desde los 25 años, producto de nueve impactos de bala, uno de ellos en la cabeza y el resto en la pierna derecha. Acto que sucedió a causa de “unas culebras” que estaban en ese momento “empastillados” y como asegura Fagundez, él pagó “los platos rotos”. Pasó cinco años en la Fundación Negra Hipólita.
Después de ganar dinero en los trenes, compra comida y descansa un poco. A las cuatro y media vuelve al ruedo. El día a día de Fagundez transcurre en trabajar, comprar comida y dormir. Aunque ha realizado los trámites para la solicitud de la pensión de discapacidad no ha recibido respuesta. Ha recorrido las 4 líneas del Metro y lo han sacado varias veces de los trenes y andenes.
Mientras Ron Fagundes cuenta su dinero en los andenes de la estación Petare, un grupo de diez personas se encuentran disputándose el tren que va dirección Propatria. En sus manos llevan una caja de bombones, con chicles y caramelos. “Yo me voy en este”, dice uno de los más jóvenes, mientras otro le responde que no, porque le toca al otro “pana”.
Dos de los jóvenes vendedores de alrededor de 17 años de edad, señalan que no hay un horario establecido, es depende de cada quien. Uno de ellos, asegura, que en un día pueden incluso llegar a ganar cinco mil bolívares. Menciona que no solo venden caramelos, sino que también dentro de su mercancía se encuentran Sambas, Susy, bocadillos, chocolate, galletas, ponqués, entre otra gran cantidad de chucherías y golosinas.
Para estos jóvenes la práctica de esta actividad es una manera de no cometer delitos, no hacen nada malo. Prefieren hacer esto que hacerle daño a una persona o robar. Ellos mencionan que cuando la vigilancia del Metro los detiene, los trasladan a la Oficina de Faltas e Investigaciones de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) ubicada en la mezzanina de la estación La Hoyada, para quitarles la mercancía, lo que ganaron y los vuelven a soltar.
Cómo marcha el servicio
Estefany Sánchez quien forma parte de la Gerencia de Comunicaciones y Relaciones Institucionales del Metro de Caracas, menciona que el sistema tiene alrededor de 33 años en funcionamiento, tiempo durante el cual, ha estado al servicio de 10 mil millones de usuarios.
Dentro de la normativa del sistema la práctica de pedir dinero y venta informal está prohibida. La norma del buen usuario, número 35, del Metro de Caracas, establece que el usuario debe abstenerse de practicar la mendicidad y la buhonería dentro de las estaciones, trenes y unidades de Metrobús y evitar colaborar con estas actividades.
Este año 2016, el equipo de la Gerencia de Comunicaciones y Relaciones Institucionales del Metro de Caracas está emprendiendo campañas informativas para evitar que se propague o que los usuarios colaboren con las personas que practican estas actividades. “Lo que se quiere lograr con estas campañas es que los usuarios se den cuenta de que si colaboran, de que si compran, la epidemia va a seguir” señala Sánchez. Para la prevención se difundirán videos en las redes sociales, una serie de “llamados”, para rescatar la cultura y los valores.
Sánchez comenta que son muchas gerencias las que trabajan en función de que no ocurra este flagelo. Participan las autoridades, la presidencia del Metro de Caracas; la vicepresidencia; la gerencia de seguridad. Todo el personal operativo debe hacer llamados a través del micrófono y del hilo musical para que los usuarios colaboren y sigan las normas. Si el personal operativo anuncia que hay alguna persona dentro del vagón que hace este tipo de actividad, los que retiran a la persona son los funcionarios policiales, no lo hace el personal operativo, por motivos de seguridad. Los operativos de prevención, son constantes, y quienes los realizan son los funcionarios policiales junto a la gerencia de seguridad.
En el Metro existe la sala CCO donde se monitorea todo el sistema de los trenes y se visualizan las vías férreas. El Centro de Control de Seguridad monitorea cómo es la situación dentro de los andenes y es desde allí, que el personal capacitado puede verificar cuando está ocurriendo alguna actividad irregular. Los dos centros se encuentran ubicados en la estación la Hoyada. Existe además una comunicación interna, hay números desde los que se pueden comunicar entre las distintas estaciones de la empresa de transporte.
Planes y proyectos
La mayoría de los usuarios que utilizan a diario este servicio, como transporte desconocen los planes y los proyectos que ha creado el sistema del Metro a lo largo de los años para evitar la práctica de la mendicidad y buhonería. Sin embargo, han sido varios los que se han creado, la Escuela del Buen Usuario; el Plan de seguridad y abordaje de la mendicidad, economía informal y situación de calle; el Plan piloto de seguridad; el Plan Tren Seguro. No obstante muchos de ellos no estas activos hoy en día.
El plan de la Escuela del Buen Usuario lo maneja la Gerencia de Protección y Seguridad. A algunas de las personas que son detenidas de forma infraganti vendiendo o pidiendo dinero, se les retiene la mercancía y otras son llevadas por la policía a la Oficina de Faltas e Investigaciones de la PNB y se les explica el funcionamiento de las reglas, normas y parte legal en la que están incurriendo o violentando para que tomen conciencia. Este era un plan que se había ejecutado en el año 2014 y ahora se intenta retomar.
Los casos son manejados por los organismos de seguridad, estos son los encargados de velar que esas personas que sacaron del sistema no vuelvan a entrar. Las personas que incurren nuevamente en estos actos, firman actas de compromiso. Cuando hay operativos se revisa el Sistema Integrados de Información e Investigación Policial.
A las personas que son detenidas, se le busca en este sistema para corroborar si tienen antecedentes policiales y en los casos que sean positivos, a las personas que están solicitadas las remiten directamente a los organismos competentes, Ministerio Público, Cuerpo de Investigaciones Científicas, Policiales y Criminalística (Cicpc), Fiscalía General o el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Seniat), según sea el caso.
Son alrededor de 2.000 usuarios que utilizan y se trasladan a través de este sistema de transporte, esta es una cifra que sale a la luz anualmente. Por otra parte, son aproximadamente 1.000 cuerpos de seguridad o efectivos policiales con los cuales cuenta, en este momento, el sistema.
Katherine González, quien lleva un año y medio como auxiliar de la jefa del Departamento, Sala de faltas y Grupo de apoyo de la PNB, menciona que son aproximadamente entre 30 y 40 personas, que a diario se dedican a la mendicidad, indigencia o discapacitados.. En cuanto a los que se dedican a la venta informal, señala González que son alrededor de 200 personas detenidas a diario.
Para mencionar esta cantidad, González toma en cuenta las 4 líneas del Metro de Caracas, la línea uno que comprende el tramo de Propatria- Palo Verde; la línea dos que va desde Capitolio-Zoológico; la línea tres de Plaza Venezuela hasta la Rinconada y la línea cuatro que comprende el tramo de Zona Rental hacia Las Adjuntas.
El desempleo en Venezuela puede ser una de las causas
En primer lugar la tasa activa en edad comprendida para el trabajo en Venezuela, según el informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) para diciembre del año 2015, era de 62.6% (14.006.303) del total de la población (30.596.024). Dentro de ella el número de ocupados correspondían a 13.166.601 personas. En el sector formal el total de ocupados era de 59.9% y en el sector informal de 40.1%. En segundo lugar la tasa de inactividad estaba comprendida por el 37.4% (8.376.116) de la población. La cantidad de personas en búsqueda de empleo se ubicó en un 6.0%. En comparación con el mismo periodo para el año 2014 las cifras variaban en un 3.0%. Disminuyeron en el primer caso y aumentaron en el segundo.
Dentro de las causas que originan la práctica de mendicidad y buhonería, González señala que el desempleo no es en sí, una de ellas, ya que para estas personas la práctica de estas actividades, es una manera fácil de hacer dinero.
Según Sánchez, el desempleo es una de las posibles causas, además estas actividades constituyen una manera de ganar dinero fácil. “Estas personas pueden ganar mucho más que cualquier persona que trabaje en una empresa” asegura. Puede ser la falta de empleo, la sinvergüenzura, el trabajo fácil. Este tipo de actividad genera inseguridad, paranoia y amedrentamiento. El ciudadano debe de tomar conciencia de que cuando compra o apoya a estas personas, que piden dinero o venden, está contribuyendo con esto, con la disminución de la calidad del servicio, está siendo parte de eso. Sánchez asegura que si continúa esta práctica generará mayor inseguridad e incomodidad en los usuarios, y va a ir en retroceso la calidad del servicio y del bienestar.
El perfil del pedigüeño
Según una Investigación del portal digital Efecto-Cocuyo existen siete tipos de pedigüeños: los ciegos, generalmente van acompañados por alguien que va guardando el dinero que obtienen; enfermos, de Sida, VIH, diabetes, esquizofrenia, y discapacitados, llevan bastones, muletas, sillas de rueda; predicadores, siempre llevan una biblia en la mano; guitarristas, se reconocen a simple vista; raperos, a veces llevan un pequeño equipo de sonido con cornetas; violinistas, en oportunidades van acompañados; y por último los vendedores. Unos utilizan el amedrentamiento para obtener más dinero.
29 de Marzo 2016/Por Marysela Escalona